BREVE SEMBLANZA DEL ILUSTRE MARINO

VYP 01Medallón con pátina

VYP, relieve en medallón, obra de Mª José Díaz Olivares, encargada por la Real Sociedad Palósfila Pinzoniana para el V Centenario de su muerte

Por Luis Manuel de la Prada (de la Academia Andaluza de la Historia, director del Museo Naval V.Y.P. de Palos de la Frontera)

En el Archivo de Indias de Sevilla, en los libros de pagos de la antigua Casa de la Contratación, figura un apunte de haberse librado el último salario que recibe Vicente Yáñez Pinzón, como Piloto Real, el 25 de agosto de 1514. El 5 de octubre aparece la que fuera su segunda esposa, Ana Núñez de Trujillo, ante el escribano público, otorgando un poder, ya como viuda. Así que entre esas dos fechas tuvo que producirse su fallecimiento. Se cumplió, por tanto, el pasado año 2014 el V Centenario de su muerte.

La muy ilustre y más que centenaria Real Sociedad Palósfila Pinzoniana, a la que me honro en pertenecer, con el patrocinio del Excmo. Ayuntamiento de Palos de la Frontera, en estricto cumplimiento de sus fines estatutarios, vino celebrando, durante todo ese año, con diversos actos, tan señalada conmemoración. Y vindicando la figura de este heroico y preclaro marino, al que la Historia no ha hecho aún la justicia que merece. En tan meritorio empeño, se llevó a cabo un acto central, de los dedicados a la memoria de Vicentyans, en la Real Parroquia de Señora Santa Ana, de Triana (Sevilla) por ser, tradicionalmente, el lugar de culto y devoción preferido por los marinos, tanto sevillanos como los que a este puerto llegaban, y más por los que, como Vicente Yáñez, tenían casa en este barrio de Triana, sin olvidar que puso a su hija primogénita el nombre de la santa abuela del Señor. Hija que se casó con un trianero –García Álvarez- y se avecindó aquí, por todo lo cual consideramos éste el probable lugar de su enterramiento.

VYP señalado en retablo V.Mareantes

Retablo de la Virgen de los Mareantes, obra de Alejo Fernández (primer tercio s. XVI, Alcázar de Sevilla). En ella hemos señalado el único posible retrato contemporáneo de V.Y.P.

VYP recortado de retablo V.Mareantes

Retrato de VYP (posible único contemporáneo). Detalle de la tabla Virgen de los Mareantes, de Alejo Fernandez, Alcázar de Sevilla

En esta preciosa y eminente iglesia del gótico alfonsí, celebramos misa de ofrenda y oración por el eterno descanso del marino Palermo, y como acción de gracias a Dios por haberle dado a Palos, a Andalucía y a España un hombre tan notable y que tan gran servicio ha hecho a su patria, al conocimiento geográfico y al Encuentro entre los dos Mundos. Y allí mismo, al comenzar el acto, tuvimos en honor de expresar la mayor gratitud y reconocimiento a nuestro siempre tan querido Cardenal Emmo. y Rvdmo. Fr. Carlos Amigo Vallejo, por haber aceptado presidirla, y a los sacerdotes que la concelebraron, tanto los de la capital andaluza -Párroco-Canónigo y Co-párroco de esta Real Iglesia Trianera-, como los venidos de fuera –el Prior del Monasterio franciscano de La Rábida, el Canónigo de la Catedral Onubense y antiguo Párroco de Palos, y los Párrocos de Palos y Carrión-. Agradecimos, también, su aportación musical al Coro “Nuestra Señora de los Milagros” de Palos de la Frontera. Y al finalizar la misa, se develó, en la puerta de la nave de la Epístola, un artístico medallón en relieve con cartela, en que la escultora, María José Díaz Olivares –que recién venía de exponer en Londres-, ha hecho figurar, como fondo del busto del marino, el puerto de Palos en la época del Descubrimiento, con la fontanilla, la iglesia de San Jorge y el castillo, por primera vez reproducido tal cual era en una obra de arte, junto a la carabela Niña, con el velamen triangular o latino con el que partió, y una estrella, que simboliza tanto a la Polar como a la Cruz del Sur, por haber navegado bajo ambas. Dicha puerta se llamará desde ahora “Puerta de Vicente Yáñez Pinzón”.

VYP 02 retrato idealizado

Retrato idealizado de Vicente Yáñez Pinzón

Viaje de Y.Pinzón y Diego-de-lepe-3

Viaje de V.Y.P. descubridor del Brasil (1499-1500). El resultado ruinoso de este viaje, hecho íntegramente a su costa, y la imposibilidad de aprovechar lo descubierto, por caer más acá de la raya de Tordesillas, supuso la ruina del descubridor y su familia.

Detalle de la Carta Náutica de Juan de la Cosa

Detalle de la Carta Náutica de Juan de la Cosa (Museo Naval de Madrid) que comprende la parte de la costa de Brasil cartografiada por V. Y. Pinzón

Hace ya muchos años, una iniciativa que partió de intelectuales brasileños pretendió que Brasil debía llamarse Pinzonia, por ser más prestigioso tomar el nombre del ilustre marino que descubriera aquellas tierras y explorara el río Amazonas, que de un árbol –el palo Brasil- de cuya madera roja se extraía colorante para tejidos. También se ha dicho que América debió llamarse Colombia. Pero, si tenemos en cuenta que Colón se dedicó a las islas y hasta su tercer viaje -1498- no tocó  tierra continental (y en un solo punto: Macuro, en la península de Paria, Venezuela), y que su cuarto viaje (1502-4), en el que exploró parte de la costa centroamericana, es dos años posterior al de Vicente Yáñez (1499-1500), en que descubriera toda la costa desde Cabo Santo Agostinho (Brasil) hasta el mismo golfo de Paria (Venezuela); si tenemos en cuenta que fue Pinzón el primer y único capitán en recorrer y explorar sistemáticamente toda la costa atlántica continental americana, desde Brasil, en América del Sur, hasta el Golfo de México, en América del Norte, pasando por toda la América Central; y si tenemos en cuenta, por último, que Colón murió pensando que había llegado a Asia, y sin saber que se trataba de un nuevo continente, cosa que supo muy bien Vicente Yáñez, la conclusión es que toda América debió haberse llamado, con más justicia, Pinzonia.

Pinzones en Plaza de España de Sevilla

Los hermanos Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez Pinzón. Medallón cerámico de la Plaza de España de Sevilla

Vicente Yáñez nace en Palos de la Frontera en 1462. Siendo el menor de los tres Pinzón, tras Martín Alonso y Francisco Martín, siguió rápidamente sus pasos. Con sólo 15 años -1477- ya protagoniza un asalto naval en costas catalanas, apresando un cargamento de trigo con que remediar la hambruna que padecía su pueblo, a consecuencia de la guerra con Portugal.  Principal promotor, patrocinador económico (los Pinzón dieron a Colón medio millón de maravedíes) y capitán de la “Niña” en el viaje descubridor. Su participación en el Descubrimiento fue tan esencial que, como ya demostramos en una reciente conferencia, sin él ni Colón hubiera salido de Palos con los marinos y las naves que salió, ni hubiera llegado a descubrir (pues los Pinzón aplacaron el motín de la Santa María, y Vicente Yáñez convenció a Colón para continuar viaje cuando, desesperado, quiso volver), ni después de descubrir hubiera vuelto a España vivo para dar la noticia (personalmente salvó a Colón de morir en el naufragio de la Santa María y lo trajo de vuelta en la “Niña”).

Algunos de estos méritos, aunque no todos, los compartió con su hermano Martín Alonso. Pero Martín Alonso muere nada más volver de ese primer viaje. Y Vicente siguió navegando, sirviendo a los reyes y descubriendo. Entre 1495 y 1498 participó comandando dos carabelas, una llamada como él, Vicente Yáñez, y otra La Frayla, en operaciones militares y de apoyo logístico en el Mediterráneo, durante la guerra de Nápoles. Llevaba en su barco a D. Alonso de Aguilar, hermano del Gran Capitán.

Niña con velamen latino

La flotilla descubridora de América, durante su travesía desde el Puerto de Palos a Canarias. Se observa que la «Niña», pilotada por V.Y.P., lleva todavía velamen latino.

En 1499, en expedición financiada totalmente por él, es el primer marino español en misión oficial en cruzar el ecuador y navegar por el hemisferio sur, perdiendo de vista la estrella polar, tradicional guía de los marineros. Descubre Brasil, llegando al Cabo de Santo Agostinho, desde donde recorre toda la costa en dirección norte, hasta llegar a la desembocadura del Amazonas, y explorar éste río. Prosiguiendo, luego, hasta la desembocadura del Orinoco y costas de la actual Venezuela.

Escudo Pinzón

Escudo de los Pinzón, con el acrecentamiento de armas que les concediera Carlos V

Como principal asesor y perito en temas náuticos de los Reyes Católicos, participa en las Juntas de navegantes de Toro (1505) y Burgos (1508). En ese mismo año capitanea con Díaz de Solís una nueva expedición en que exploran toda la costa atlántica centroamericana (Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y Belize), rodean toda la península del Yucatán y costean el Golfo de México, siendo, por tanto, también el descubridor de este primer país de América del Norte, y el primer europeo en contactar con la cultura Azteca.

En los años siguientes, hasta su muerte en 1514, trabaja como Piloto Real en el diseño y organización de todas las expediciones promovidas desde la Casa de la Contratación de Sevilla. Estaba previsto que fuera como principal piloto en la gran armada de Pedrarias Dávila, pero no pudo ir por encontrarse ya enfermo. Hombre justo y leal a sus reyes, que llegó a arruinarse varias veces por servirlos, nunca mereció la más mínima reprobación de éstos, sino que fue premiado con dos capitanías generales y gobiernos (Brasil y Puerto Rico) que no llegó a ejercer, armado caballero y distinguido con la divisa de la banda por la propia mano del rey D. Fernando el Católico. Por último, ya póstumamente, en 1519, el emperador Carlos V le acrecentó su hidalgo blasón (castillo y pinzas) con nuevas armas (3 carabelas hallando tierra y áncoras de acero).

Y, en cuanto a las virtudes que adornaron su carácter, las tengo glosadas en este soneto, con el que termino:

VICENTE YÁÑEZ PINZÓN

Precoz corsario por filantropía;

del valor de los héroes, adornado;

siempre en justas causas empeñado,

VYP 03 en Monumento a Colón de Barcelona

V.Y.P. en el Monumento a Colón, Barcelona

castillo y pinzas timbran su hidalguía.

Capitán y piloto respetado,

leal a su soberano en demasía,

perito máximo en marinería:

fue siempre su consejo muy preciado

Por más tuvo a la honra que al dinero;

en la zozobra, firme asió el timón.

Por esto un Rey lo armara caballero

y un César le dará nuevo blasón

-con carabelas y áncoras de acero-:

que Nuevo Mundo les diera Pinzón.